Si tuviera que ubicarme en algún papel de esas películas estadounidenses juveniles, siempre consideré que sería la underdog, la chica aislada, la que nadie nota. Aunque, cuanto más lo pienso, más me doy cuenta que la realidad es que estoy sola porque yo lo busco.
Es como si buscara la pena, la soledad... es una especie de masoquismo. Yo misma me provocó lo que me hace sufrir, y estoy bien con eso. Estoy dañada.
Tengo personas a las que quiero, además de a mi familia. Tengo amigos que puedo considerar como tales, y que, supongo, se preocupan por mí... Pero siempre encuentro la manera de aislarlos, de alejarme. Me gusta la sensación de no sentirme querida.
Y...a la vez, pienso. ¿Cuál es mi problema? Nunca tuve problemas, serios problemas, que podrían verse reflejados en lo que soy hoy. Entonces, ¿Eso quiere decir que a veces no todo proviene de experiencias, sino que simplemente somos así?
Quizás sí sufrí o pasé por algo, pero mi mente lo bloqueó. Quizás leo demasiados libros...
Solo sé que siempre me las arreglo para sentirme marginada, porque encuentro cierto encanto en serlo, mezclado con saladas lágrimas. Claro que no necesito fingir para aislarme, la verdad es que nunca me sentí demasiado cómoda con el contacto humano...con el tiempo aprendí, como abrazar una persona y ser cariñosa, pero nunca me sentí cómoda frente a la situación. Soy algo rara frente a las relaciones sociales, y nunca me sentí tan en son con mi persona como cuando estoy sola en una habitación, o en una habitación llena de gente, sin hablarle a nadie. Y a la vez, siempre le encontré uno que otro rastro de tristeza a la soledad, al hecho de encontrarme en una habitación donde nadie me nota.
Nunca me comprendí, lo intento, pero la verdad es que soy una persona muy trastornada y la tarea es difícil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario