domingo, 10 de marzo de 2013

You gotta get it before it is too late

Es extraño, como unas simples palabras pueden poner de cabeza tu vida. 
Nunca que me había tenido que plantear realmente un futuro laboral. Es decir, no podría nunca cerrar los ojos e imaginarme siendo madre, o enamorada. Pero siempre pude imaginarme trabajando de algo que, según mis presunciones, me haría feliz. Y lo era, en mis imágenes mentales. 
Siempre disfrace mi pasión con la etiqueta de hobby. Nunca pensé que llegaría el día en que me planteará realmente un futuro al respecto. 
Tengo bastante asumidas mis inseguridades, sé que es por ellas que no soy buena relacionándome con la gente, que no estoy muy cómoda con el contacto humano. Pero nunca creí que mis inseguridades podían llevarme a perder lo que realmente amo. 
Siempre pensé en la escritura como algo secundario, escribir mientras trabajo, y si algún día me atrevo a presentar mi libro ante alguien y quieren publicarlo, bienvenido sea. 
Nunca consideré siquiera el canto como una carrera, ni secundaria. Nunca me imagine cantando fuera de mi habitación, en un escenario. 
Y acá estoy, pensando que sería de mí si decidiera ir por ese sueño. 
Nunca me sentí lo suficientemente buena, ni para el canto ni para nada, para ser sincera. Eso de compararme con el resto nunca me fue muy bien, porque me alcanzan los dedos de una mano para contar las veces en las que yo salí ganando. No es bueno para una persona negativa e insegura ser adicta a las comparaciones... nunca se sale ganando. Y resulta que me acostumbre tanto a perder, o a la idea de perdedora que cree de mí, que hasta soy buena en eso. Soy una buena perdedora, pero no es nada bueno. 
Me lleva a la resignación, al conformismo. Y yo no quiero eso, no quiero eso para mi vida. 
Entonces, ¿Qué puedo hacer? Es cómo si no pudiera ver más allá, simplemente no puedo ver ese futuro que todos dicen que espera por mí. ¿Y si futuro se está riendo de mí, porque el simplemente se trata de estar sentada en una oficina catorce horas por día?
Quizás no se trate de un "nunca" o un "siempre", después de todo, sea cual sea mi futuro, hay uno. Hay más días por delante que pueden cambiar esos panoramas. 
Quizás es momento de escuchar a mi corazón, a mis deseos, y callar de una vez por todas a esa lógica negativa con su coro de inseguridades. 
Quizás... quizás solo tengo que intentarlo. ¿Cómo puedo saber si soy realmente buena si mi voz es escuchada solo por cuatro paredes? ¿Cómo puedo saber si lo que escribo es digno de ser publicado si sus páginas no son leídas por otros ojos que no sean los míos? 
 
Quizás, es momento de dejar de juzgarme a mi misma y dejar ese trabajo para otros. 

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