miércoles, 12 de diciembre de 2018

Fear is the enemy

Hacía mucho ya que mis anteriormente llamados demonios no aparecían sin tocar la puerta. Mucho que al menos no había un detonador, algo que anunciara su inminente presencia.
Cuando necesite un gran suspiro para poder respirar noté que hace unos días había pequeñas, muy pequeñas señales. Había llegado a olvidarlas un poco.
Las emociones están tan a flor de piel a veces que necesito escribir. Hacía tanto tiempo ya que no sentía la necesidad de deshacerme de una carga en palabras sin sentido, o con uno que solo yo comprendo.
Vuelvo dentro mío a explorar en palabras la inquietud de mi mente. 
No hay nada que expresar realmente más que miedo. No se bien a qué aún. Quizás a nada. Quizás a todo. Quizás solo a todo lo que represente un desafío para mis emociones.
Miedo a sentir de nuevo. Miedo al dolor que viene después de la felicidad. Miedo a lidiar conmigo misma.
El simple destello de una posibilidad que no creo estar lista para enfrentar. La incapacidad para detener mis emociones.


Feel, feel like you still have a choice
If we all light up we can scare away the dark 

jueves, 20 de septiembre de 2018

Standing of the edge, I feel like I've been here before

You can't get struck by lightning if you're not standing in the rain
Take it as the truth or you can take it with a grain of salt
If it doesn't work out

I'm thinking 'bout coming home

martes, 26 de junio de 2018

On having a mental illness

Hace un poco más de cuatro años comencé el camino a lo que muchos llaman "recuperación". A mi me gusta pensar en este camino como un descubrimiento a mi misma.
Hace cuatro años me encontré en el lugar más oscuro que existe. Escribí mucho al respecto, siempre para mí, siempre con metaforas, nunca sincerandome con las palabras crudas. Porque la realidad es que hace un poco más de cuatro años comencé a tener pensamientos suicidas. Comencé a cortarme, lastimarme de multiples maneras. Comencé a autodestruirme.
Me encontré en un lugar tan oscuro, tan lleno de miedos y odio. Tan falto de amor propio, tan lleno de tristeza. Por mucho  tiempo busqué explicaciones, hasta que un día deje de pensar "por qué" y comencé a herirme. Algo me dejaba entumecida, la tristeza... no sabía en su momento que era. Pero todo se salía de mi control. Los cortes fueron la representación de muchas cosas, nunca pude explicarlo del todo.
Hubo unos días particularmente díficiles, todos los días lo eran, pero los últimos... los últimos fueron los peores. Estuve a punto... de terminarlo todo.
Esos pensamientos incesantes en mi cabeza también me recordaba a mi familia, a mi sobrina. Claramente no pensaba en mi, mi vida no tenía valor para mi. Pero la de la gente a mi alrededor sí, y pensar en lo que a ellos les hubiese provocado mi muerte me freno muchísimo. Había otra cosa que me daba terror. ¿Qué pasaba si salia mal? Si tenía que seguir viviendo después de eso, con el peso de que todos supieran lo que pasaba, lo que me pasaba. Tenía tanto miedo a seguir viviendo que ni siquiera me animaba a pararlo.
Por alguna razón, pedí ayuda. Por alguna razón me dije a mi misma que no podía con todo eso. Me di cuenta de alguna manera que sola no podía, que si seguía sola...solo podía terminar de una manera.
Me costó hablarlo y mis primeras sesiones en terapia mentí. Dije que lo que sentía era ansiedad social. Había leído sobre varias enfermedades, sobre lo que se sentían. Sabía bien que lo que a mi me pasaba era otra cosa. Sin embargo no estaba lista para decirlo. Un día, luego de una noche particularmente difícil, luego de cortarme, tomé valor. Le dije a mi psicóloga lo que me pasaba realmente, le dije que me lastimaba, que me cortaba, pellizcaba, rasguñaba. Que me odiaba tanto que quería terminar con mi vida. Su única respuesta fue que saliera a correr cuando tuviese ganas de lastimarme.
Dejé terapia. Y pensé como podía importar mi existencia si ni siquiera mi psicóloga me tomaba en serio. Continué con mi autodestrucción por un tiempo. Pero también seguí leyendo. Leí testimonios de gente con bipolaridad, gente con depresión, ansiedad. Leí sobre la ciclotimia.
Después de incluso otro episodio grave, quizás uno de los peores que tuve, le pedí a mi mamá ir a un psiquiatra. Ella claramente no sabía absolutamente nada de todo lo que me pasaba. Nadie lo sabía. Había aprendido a mentir muy bien. No me preguntó nada, me miró, asintió y me consiguió un turno.
Sufrí otras cosas aunque en menor foco. Fui anorexica-bulimica un tiempo, factores secundarios de mi depresión. Estuve medicada, primero solo para la depresión. Después de una mala experiencia con las medicaciones descubrí que también tenía ansiedad. Fui diagnosticada oficialmente ciclotimica.
Y así, hace un poco más de cuatro años comenzó un nuevo camino. Comencé a aceptarme un poquito más. Porque entender que lo que me pasaba era debido a una enfermedad lo hizo más fácil, porque al menos tenía un pregunta menos sobre mi misma, sobre por qué me pasaban todas estas cosas. Tenía una explicación, esas explicaciones que me paso la vida intentando encontrar. Era una enfermedad, y como toda enfermedad, no es culpa de uno.
Sacarme el peso de la culpa fue un gran paso. Costo pero aprendí a entenderlo.
Lo difícil respecto a las enfermedades mentales es que nadie las entiende, o nadie quiere entenderlas. Solo los que vivimos con ellas comprendemos. Intenté explicar a la gente más cercana a mi, exactamente lo que pasaba por mi cabeza. Pero la cuestión es que la enfermedad mental provoca justamente que la cabeza funcione distinto al promedio. Y es difícil para el promedio entender algo que no sabe procesar de otra manera. Pero también hay otro factor, es más fácil mirar hacía otro lado con temas difíciles de comprender.
Me costó, durante la terapia y fuera de ella. Medicada y no medicada. Me costó entender que tenía derecho a sentir. Esa fue la parte más difícil, hacerme entender a mi misma que no estaba mal sentir. Por tanto tiempo había vivido lejos de todo eso, lejos de demostrar sentimientos, encerrada bajo un blindado. Costó comprender que lo distinto no era lo que sentía, sino la manera de procesarlo.
Es difícil hablar de esto. Especialmente cuando me siento segura de poder hablarlo, cuando me encontré dentro de la norma. Porque no que me pase lo que me pasa no quiere decir que este loca, o que sea rara. Es simplemente una manera distinta de procesar las cosas. Pero no es suficiente estar segura yo, la gente no suele reaccionar bien. Suelen pensar exactamente todas esas cosas que yo pensaba de mi al principio. Esta tan... mal visto. Mejor dicho, están tan mal comprendidas por la sociedad, las enfermedades mentales, que nos aíslan. A nosotros, los que sentimos igual que todos, pero procesamos distinto.
No me avergüenzo de lo que viví. De lo que pasé y de lo que siempre va a ser una lucha en el día a día para mi. Porque fui lo suficientemente fuerte para sobrevivir a mi misma, mi peor enemiga. Y a veces, en los pocos momentos en los que no me avergüenzo de mi misma, me siento valiente. Porque tuve el valor para seguir caminando a pesar de que todo mi cuerpo, todo mi ser, me pedía que me rinda.
Nunca voy a alejarme del todo de mi depresión, de mi ansiedad. Son parte de mi. A veces les gusta hacer presencia para no dejarme olvidar. Pero en días como hoy, en días como hoy me siento orgullosa. Y es tan extraño para mi, sentirme orgullosa de mi misma. No suelo sentir cosas buenas por mi misma. Pero esto es importante, porque me siento orgullosa de no odiarme más, no a ese nivel. De no lastimarme. Me siento orgullosa de querer seguir viviendo.

"You know life's for the living, so live it, or you're better off dead" 

viernes, 2 de febrero de 2018

How getting lost is not a waste of time

Me encuentro pensando, siempre preguntando. Hay algo que busco que nunca logró encontrar... nunca logro definir que es. Pero buscó, y pienso, cambio de opinión. Quizás sólo se trata de crecer. 
En las noches a mi imaginación le gusta jugar a crear escenarios posibles... y algunos no tan posibles. 
¿Qué es eso que mueve mi mundo? Tengo tantas ganas de todo y hago tan poco. La desesperación por hacerlo todo me encuentra nuevamente en el comienzo, nunca salí realmente de ahí. Corro en círculos y vuelvo a mismo lugar de salida. Al menos puedo decir que aprendí. Aprendí mucho. 
Me gusta imaginarme el punto de partida como un aeropuerto... Quizás por eso me gustan tanto los aviones. El inicio a un viaje no del todo certero. Eso. Eso es lo que busco día a día. ¿Cómo puedo lograr esa satisfacción? 
Cantar, leer, quererme, querer, aprender, enseñar. Conocer, viajar, charlar. Tantas cosas. Quiero hacerlo todo. Quiero lograrlo todo tan rápido que me pierdo en el camino. Pero... ¿Eso es realmente tan malo o sólo un desvío hacía el mismo destino? 

Sobre todo... quiero perderme. En el mundo, en la gente, en la naturaleza. Quiero estudiarlo todo, pero no para trabajarlo, sino para conocerlo. 
Estoy aprendiendo poco a poco, como los niños a caminar. Aprendo de a poco a vivir una vida... normal. Sin esa capa que lo hacía ver todo negro. Estoy aprendiendo a ser feliz. Y quiero vivirlo todo, quiero sonreír al mundo, reír sin esconderlo. Quiero ser feliz por todo el mundo. Y quiero disfrutarlo todo. Quiero preguntarme todo sin obtener respuestas. 
Estoy aprendiendo poco a poco a conocerme como soy sin depresión, sin mis demonios. Si el cielo existe, espero que estés observando esto también, que me veas resurgir de las llamas. Me gusta imaginarme que me ves sonreír, me gusta imaginarme que puedo hacerte saber que soy feliz. Que a pesar de todo, no quiero reunirme con vos... quiero vivir por todo el tiempo que no tuvimos juntos. 

Te extraño tanto... Y como siempre te hable cuando no hubo nadie que escuchara, hoy tengo que decirte esto también, 

Abuelo.... 

Estoy tan feliz de poder ser feliz. 

sábado, 27 de enero de 2018

Que poco rato dura la vida eterna

Este adiós no maquilla un hasta luego
Este nunca no esconde un ojala
Estas cenizas no juegan con fuego
Este ciego no mira para atrás
Este notario firma lo que escribo
Esta letra no la protestaré
Ahórrate el acuse de recibo
Estas vísperas son las de después
A este ruido tan huérfano de padre
No voy a permitirle que taladre
Un corazón podrido de latir
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran más por ti

martes, 2 de enero de 2018

Did you figure it out yet?

Hay algo a lo que refiero siempre, en lo que confío ante la verdad. Esas imágenes que se generan al cerrar los ojos. Confío más en el inconsciente que que en mi mente cuando esta despierta, porque cuando ella esta suelta puede inventar verdades. Sin embargo, el inconsciente nunca miente. 
Lo que alguna vez me hizo bien escapo de mis manos, por momentos me pregunto si fue lo adecuado. No lo sé. Hoy ya no creo que podría volver a hacerme bien. No se puede rebobinar el pasado.
Hubo momentos en mi vida en los que creía que sabía lo que quería. Descubrí que no se que es lo que me hace bien. 
Tan pocas cosas son certeras en la vida y ninguna parece cerrar un sentido. Mi futuro, mis ideas. Camaleones que mutan con cada luna.  
Lo que alguna vez se sintió a escapar hoy se siente a libertad. La manera de descubrir mi propia verdad. De encontrarme en algún rincón del mundo. 
Siempre hice preguntas que no tenían respuestas. Hoy me siento un poco más lista para enfrentar la oscuridad. Las incertidumbres parecerían menos peligrosas... y quizás solo se trata de abrirles la puerta primero. 
Pelee por recibir la verdad cuando yo misma no me la daba. 
No se quién soy ni que merezco, pero quizás puede encaminarme para tener respuestas. Respuestas que quizás siga esperando por el resto de mi vida sin ser escuchadas jamás. 
Creía ser dueña de la solución. Hoy debo enfrentar cosas que quise esconderme a mi misma.
La falta de amor. La perdida del cariño. La verdad. Simplemente son difíciles de ver... sobre todo de aceptar.

Creemos tenerlo todo en la palma de nuestra mano. Y estamos tan equivocados. Estuve tan equivocada. 
No me arrepiento de mucho. Sí me arrepiento de no haberme escuchado. Lo sabía. Siempre lo supe. 

No se puede ver el futuro. Pero se lo puede ver venir. 
Pero ante todo: Se lo puede cambiar.