jueves, 9 de octubre de 2014

Do you know what's worth fighting for?

Y como dije semanas atrás, nunca pude pausar mi mente. No puedo escapar de la corriente, distraerme es imposible. Vuelvo siempre a perderme en la vorágine de mis pensamientos.
No existe una línea entre lo blanco y lo negro. Para mimetizarme con el día, todo es gris, nada es del todo certero, nada se siente del todo real. Con la brisa del viento sentí su sabor en mis labios. No hay lágrimas en mis mejillas porque me siento entumecida. Siento mi vida apagada, como en una especie de stand-by. Y quizás con sus manos en las mías la luz vuelva a mí.
El miedo y la incertidumbre dominan mis días, y avanzó sin mirar el camino, perdida en todo lo que puedo llegar a perder. En todo lo que puedo llegar a arriesgar. Por momentos dudo seriamente, ¿Qué tan dispuesta estoy a poner en juego mis sentimientos? ¿Qué tan dispuesta estoy a apostar por un futuro sin certezas?
Lo mismo me pregunté, tres meses atrás. Decidí que sí debía animarme, la otra opción sería ser desdichada. Lo hice, y ahora lo tengo a mi lado, soportando el peso de mis desequilibrios.
No pienso que él haya hecho un trato justo. Tan poco es lo que tengo para dar a cambio de las sensaciones que me brinda.
Sin embargo, me aterra el solo hecho de pensar en la posibilidad existente de que todo esto se desarme en pedazos y los recuerdos se vuelvan polvo, una vez más siento que solo estoy sentada esperando ser abandonada. Porque eso es lo que merezco, tarde o temprano.

When you're at the end of the road
And you lost all sense of control
And your thoughts have taken their toll
When your mind breaks the spirit of your soul



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