sábado, 3 de enero de 2015

It used to be easy

Solía ser tan fácil. Fingir una sonrisa, mirar a la gente evitando su mirada. Tragar el dolor, esperar a que mi amiga la soledad me envolviera para llorar.

¿Qué paso con esa chica que podía guardar sus emociones para otro momento?

Mi piel me quema, mi lengua se retuerce, mis mandíbula genera presión. Debo callarme. Tengo que volver a atrás, al tiempo en el que era buena mintiendo sobre mi misma.
El viento me quito esa capacidad de un día para el otro, y ahora me encuentro como un animal salvaje al que le quitaron su instinto. ¿Como cazar así? ¿Cómo sobrevivir?

Nunca cambie. Nada lo hizo. Solo repetí la mentira suficientes veces frente al espejo hasta creerlo.
La pared con la que me golpeo una y otra vez lo demuestran.
Por momentos, un cierto destello de esperanza brilla en mis ojos y lo sigo sin realmente ver. Alucinando sobre un mundo que no es el que me rodea.


Tener en mis manos más de lo que puedo sostener. Todo se desbalancea y derramo lágrimas sin saber bien que hacer. El egoísmo no me permite liberar a mi prisionero.
Las decisiones correctas se muestran frente a mi, pero inalcanzables.

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