viernes, 4 de septiembre de 2015

Nothing last forever

Se me pide que me calme. Se me exige controlar algo fuera de mi alcance.
'No puedo', respondo. Pero debo intentarlo.
Porque mis emociones, aparentemente, son algo roto dentro de mí, y debo arreglarlo.
'Aprendé" me dicen, mientras me obligan a controlarlo mientras tanto con placebos ficticiosos.
Porque esta mal. Sentir esta mal. O al menos lo esta de la manera que yo lo hago. Porque, aparentemente, las reglas del juego son otras. Y quizá ya este fuera del tablero.
Para encajar, debo fingir. Pero no de la manera que lo hice antes. No, eso esta mal. Hay que fingir bien, mentirse a uno mismo esta bien, mentirse a uno mismo no es mentirle al resto.
Y a pesar de todo esto, los cuchillos siguen clavados. Las lágrimas siguen peleando, a veces más.. A veces menos.
Ya no tengo ganas de correr, porque ya no creo en un lugar seguro. Y los brazos que me mostraron el espejismo de protección, hoy se cierran para mí.

Ya no hay lugar seguro. Nunca lo hubo.
No para el dolor. No para los miedos.


...Fui condenada a la tristeza eterna.

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