viernes, 27 de abril de 2012

No llegarás a nada si solo te quedas sentada


Cerró los ojos frente a la luz cegadora. Volvió a abrirlos intentando reconocer alguna forma detrás de ese halo de luz.
Escuchó una voz, hablandole en susurros que no lograba comprender. Agudizó su odio y aún asi las palabras eran incomprensibles.
Se acercó un poco, con la respiración pausada. Aunque, no tenía miedo. Sabía que no era nada malo. Tenía el presentimiento de que se trataba de paz.
Entonces, la luz se alejo de ella, y cada vez más lo hacia a medida que ella daba un paso. Ahí fue cuando pudo entender los susurros, aunque ahora eran más gritos que murmullos. "Debes cambiar, buscar la solución. No encontrarás la paz solo sentada ahí". 

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