martes, 3 de junio de 2014

Life's for the living so live it or you're better off dead

Esa tarde no hubo lágrimas. No hubo ira. No hubo miedos.
Esa tarde no hubo sentimientos.
El vacío, palpable en su boca.
¿Para qué alimentar a un muerto?
Las manos no temblaron, porque no había temor.
Ver la sangre le recordó que seguía viva.
Que el viaje aún no terminaba. Que debía seguir.
Pero los cortes no dolieron.
El ardor, superficial, era fácil de ignorar.
Y seguir. Seguir de esa manera...
Vivir entumecida no es vivir.

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