martes, 3 de junio de 2014

Me resulta amargo el sabor de mi ser

Abrí los ojos y la realidad no cambio. Porque siempre fue igual. 
Siempre lleve este peso sobre los hombros. 
Siempre compartí mi cuerpo con ese oscuro ser que despierta sin aviso. 
Es sentirme llena de esa oscuridad.
Es sentirme vacía, tan vacía al mismo tiempo. 
Cargar con temores e inseguridades. Paranoias y neurosis. 

Cerré los ojos y esperé despertar recuperada. 
Pero no es tan fácil escapar de uno mismo. 
Y con todas mis ganas de rendirme
Es difícil seguir caminando. 

El cambio simplemente no ocurre
Nunca viví de otra manera
Y lo desconocido me aterra

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